Introducción
Recuperarse de un derrame cerebral no se trata solo de sanar, sino de reconstruir, redescubrir y redefinir su vida. Si bien el tratamiento y la terapia sientan las bases, establecer metas significativas puede impulsar el progreso y el propósito de cada día. En este artículo, presentaremos siete objetivos importantes que puedes incorporar a tu plan de recuperación tras un accidente cerebrovascular: desde mejorar la movilidad y la función cognitiva hasta mejorar la resiliencia emocional y la participación en la comunidad. Estos objetivos sirven de guía y te ayudan a hacer un seguimiento de tu viaje, a mantenerte motivado y a celebrar todas las victorias que has conseguido a lo largo del camino.
La recuperación después de un accidente cerebrovascular no consiste solo en el aspecto físico de recuperar la fuerza y la movilidad. Nuestra mente es tan poderosa que puede detenernos o impulsarnos hacia adelante, por lo que debes incluir algunos de estos objetivos en tu plan de recuperación:
- Sé amable contigo mismo
- Tendrás altibajos, días en los que te sentirás un superhéroe y otros en los que solo querrás acostarte en la cama. No pasa nada, aprende a ser amable contigo mismo y a escuchar a tu cuerpo y a tu mente.
- Practica la gratitud
- Siempre hay algo por lo que estar agradecido. Haz un esfuerzo consciente cada semana para nombrar tres cosas por las que estás agradecido esa semana.
- Dedica 5 minutos al día a no hacer nada
- Siéntese afuera o adentro, en el piso o en una silla. Esté donde esté, tómese 5 minutos al día para pensar y no hacer nada. ¡Simplemente sé!
- Conéctese
- Formar parte de un grupo puede ser muy gratificante y tener un impacto positivo en tu bienestar mental. Busca un grupo de apoyo en línea, crea el tuyo propio en Facebook o regístrate como voluntario en una organización benéfica local.
- Recompense
- Ya sea una barra de chocolate o una palmadita en la espalda, ¡te lo mereces! Si ha logrado algo grandioso, tómese el tiempo para sentirse orgulloso y recompensar su arduo trabajo.
- Aprende de los días malos
- Todos los tenemos y todos deberíamos aprender de ellos. Al final de un mal día, en lugar de insistir en lo negativo, pregúntate: «¿qué puedo hacer diferente la próxima vez que tenga un día como este?» Cambiar el lente puede ayudar a volver a concentrarte y a recuperar energías para el día siguiente.
- Siéntete orgulloso de tu progreso
- Piensa en cuando empezaste y mírate a ti mismo ahora. ¿No es increíble? Tú eres el único responsable de ese progreso; TÚ lo hiciste realidad. Siéntete orgulloso de ti mismo, de tu fortaleza y de tu resiliencia para seguir adelante.
La recuperación no es un camino recto y plano; la vida tampoco lo es. Aprender a aceptar lo bueno y lo malo, y aprender de ello, puede ser de gran ayuda durante la recuperación. Tu fortaleza física y mental se mide por lo que has superado a lo largo de los años, más que por lo que puedes hacer ahora mismo.