Las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares son dos de las principales causas de muerte y discapacidad en todo el mundo. Si bien pueden parecer afecciones distintas, están profundamente interconectadas. Comprender esta relación puede ayudar a las personas a tomar medidas proactivas para reducir su riesgo y proteger su salud cardiovascular en general.
¿Cómo se relacionan las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares?
Tanto las enfermedades cardíacas como los accidentes cerebrovasculares son causados por problemas en el sistema circulatorio. El vínculo principal entre ambas es la aterosclerosis, una afección en la que se acumulan depósitos de grasa (placa) en el interior de las arterias. Este estrechamiento y endurecimiento de las arterias puede provocar complicaciones graves, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
La presión arterial alta (hipertensión), otro factor de riesgo clave, daña los vasos sanguíneos con el tiempo, lo que los hace más susceptibles a las obstrucciones que pueden provocar accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos. Del mismo modo, la fibrilación auricular (FA), un ritmo cardíaco irregular, aumenta el riesgo de que se formen coágulos sanguíneos en el corazón, que luego pueden viajar al cerebro y provocar un derrame cerebral.
Factores de riesgo compartidos
Muchos de los factores de riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular se superponen, entre ellos:
- Presión arterial alta — Aumenta el estrés en las arterias y aumenta el riesgo de ambas afecciones.
- Colesterol alto — Contribuye a la acumulación de placa, lo que puede restringir el flujo sanguíneo.
- Diabetes — Aumenta el riesgo al dañar los vasos sanguíneos y aumentar la inflamación.
- Fumando — Debilita los vasos sanguíneos, aumenta la coagulación y promueve la aterosclerosis.
- Obesidad — Contribuye a la hipertensión arterial, la diabetes y el colesterol alto.
- Inactividad física — Aumenta la probabilidad de desarrollar factores de riesgo como la obesidad y la hipertensión.
- Dieta deficiente — Las dietas ricas en grasas saturadas, alimentos procesados y exceso de sodio contribuyen a las enfermedades cardiovasculares.
- Consumo excesivo de alcohol — Puede provocar hipertensión arterial y ritmos cardíacos irregulares.
Medidas preventivas
La buena noticia es que muchos de los factores que relacionan la enfermedad cardíaca y el accidente cerebrovascular se pueden prevenir. Tomar las siguientes medidas puede reducir significativamente el riesgo de ambas afecciones:
- Controle la presión arterial — Controle y controle regularmente la presión arterial mediante cambios en el estilo de vida y medicamentos si es necesario y lo recomienda su médico.
- Adopte una dieta saludable para el corazón — Concéntrese en las frutas, las verduras, los cereales integrales y las proteínas magras, al tiempo que limita las grasas saturadas y los alimentos procesados.
- Manténgase activo — Realice al menos 150 minutos de ejercicio moderado por semana.
- Dejar de fumar — Busque apoyo para dejar de fumar y reducir la exposición al humo de segunda mano.
- Mantenga un peso saludable — Lograr y mantener un peso corporal saludable para reducir la tensión cardiovascular.
- Controlar la diabetes — Mantenga los niveles de azúcar en sangre bajo control con una dieta adecuada, ejercicio y medicamentos.
- Limite el consumo de alcohol — Consume alcohol con moderación o evítalo por completo
Reconocer las señales de advertencia
Comprender las señales de advertencia de un ataque cardíaco y un derrame cerebral puede salvar vidas.
- Síntomas de ataque cardíaco: Dolor o molestia en el pecho, falta de aliento, náuseas, mareos, sudores fríos o dolor que se irradia a los brazos o la mandíbula.
- Síntomas de un accidente cerebrovascular (acrónimo FAST):
- FAdoración facial
- UNdebilidad en los brazos
- Sdificultad del habla
- THora de llamar a los servicios de emergencia
Las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares comparten causas, factores de riesgo y estrategias de prevención comunes. Al elegir un estilo de vida más saludable y prestar atención a la salud cardiovascular, las personas pueden reducir significativamente el riesgo de padecer estas afecciones potencialmente mortales. Alentamos a todos a tomar medidas proactivas para la salud del corazón y el cerebro, porque un corazón sano conduce a un cerebro sano y a una mejor calidad de vida.