Haga un cronograma
Quedarse en casa parece que el día no tiene fin y se siente como si estuvieras haciendo las mismas actividades una y otra vez. Establecer un horario que separe el día les ayudará a usted y a la persona a la que cuida a empezar el día sabiendo lo que tienen que lograr. Asegúrate de reservar tiempo para almorzar, descansar por la tarde, cenar, ducharte o bañarte y realizar actividades de rehabilitación.
Practica el mindfulness
Manejar sus emociones es parte del desafío de ser un cuidador. La atención plena puede ayudarlo cuando se siente abrumado: 5 minutos al día pueden ser de gran ayuda. Siéntate o recuéstate en un lugar cómodo, cierra los ojos y respira hondo. Esos pocos minutos pueden ayudarte a recargar y restablecer tu energía para que puedas terminar el día.
Establece una meta para cada semana
Si estás cuidando a una persona que está en proceso de rehabilitar una función determinada, puede ser útil establecer una meta muy específica para que la persona alcance esa semana. Por ejemplo, si te dedicas a mejorar la motricidad fina, un buen ejercicio consiste en colocar los frijoles sobre la mesa y hacer que la persona coja cada uno de ellos por separado y los ponga en una taza. Empieza con 10 o 20 frijoles y ve aumentando hasta llegar a 50 durante esa semana. Cuando los frijoles se vuelvan fáciles, cambia a granos de arroz para el siguiente desafío.
Reconoce que las cosas son difíciles
Sí, esto es horrible. Mucho. Nuestras emociones están por todas partes y parece que esto nunca va a terminar. Reconocer que ambos tienen dificultades para manejar esto puede ayudar a reducir la tensión cuando las cosas se ponen frustrantes y abrir un espacio seguro para hablar cuando alguna de las personas se sienta demasiado estresada.
Tómate un tiempo para ti
No puedes cuidar a los demás si no te cuidas primero a ti mismo. Haz todo lo que tengas que hacer para asegurarte de que estás en buenas condiciones para poder empezar cada día con energía positiva.
Los cuidadores son héroes y los héroes también necesitan su tiempo. Pida apoyo a sus amigos y familiares y, si necesita asesoramiento médico, asegúrese de ponerse en contacto con su médico o fisioterapeuta u ocupacional local.