Depresión y duelo
Uno de los desafíos más comunes que afectan a los supervivientes de un accidente cerebrovascular es la depresión y el duelo. El hecho traumático de sobrevivir a un derrame cerebral afecta nuestro bienestar mental y los supervivientes suelen sufrir depresión, que a veces dura años después del accidente cerebrovascular. La depresión es manejable y tratable, por lo que alentamos tanto a los sobrevivientes como a los cuidadores a que sean conscientes de los signos de la depresión y busquen apoyo cuando sea apropiado. Los signos de la depresión son:
- Pérdida del apetito o comer en exceso
- Retraerse de situaciones sociales o actividades agradables
- Dormir más de lo habitual o insomnio
- Pérdida de interés o descuido
- Ansiedad o estrés excesivo
- Tristeza persistente o sentimientos de inutilidad
La depresión es manejable y tratable. Si tú o un ser querido presentan signos de depresión, comunícate con tu médico o con Mental Health America para obtener apoyo y orientación.
Experimentar dolor también puede ser común entre los sobrevivientes de un accidente cerebrovascular. Un accidente cerebrovascular cambia la vida y, a veces, puede parecer que eres una persona diferente después de un accidente cerebrovascular. Es importante que te tomes tiempo para llorar y procesar estos cambios en tu vida, ser honesto con tus sentimientos y reconocer que está bien sentir que has perdido algo.
Frustración e irritabilidad
Perder la capacidad de hablar, comer, escribir, caminar o hacer cualquier cosa por ti mismo puede ser increíblemente frustrante. El camino hacia la recuperación es largo y tedioso, y es común que los sobrevivientes de un accidente cerebrovascular experimenten frustración e irritabilidad durante este tiempo.
La mejor manera de gestionar el frustrante camino hacia la recuperación es establecer metas pequeñas y alcanzables que lo motiven a seguir adelante. Estos son algunos de nuestros consejos:
- Independientemente de cómo sea tu recuperación, fíjate pequeñas metas semanales. Escríbelas en una hoja de papel y márcalas una vez que las hayas alcanzado. Al final del mes, verás cuánto has progresado.
- Hable sobre ello: la frustración empeora si la mantenemos en secreto. Ya sea un amigo o un familiar, un médico o un vecino, a veces simplemente decir «Es frustrante cuando ____» puede ayudar a aliviar esos sentimientos.
- Ponte en contacto con otros supervivientes de accidentes cerebrovasculares en grupos comunitarios locales o foros en línea, como los grupos de Facebook. Tal vez ya hayan pasado por esto y tengan algunos consejos útiles, o tal vez estén sintiendo lo que tú sientes y también necesitan decirlo y sentirse comprendidos.
Ansiedad
Es normal estar estresado después de un derrame cerebral. Los problemas financieros, la dinámica familiar y su recuperación son aspectos válidos e importantes de los que preocuparse. Pero dejar que estas preocupaciones te afecten demasiado puede afectar negativamente a tu bienestar mental y a tu recuperación. La ansiedad puede provocar depresión, por eso es importante que vigiles tus preocupaciones y busques apoyo que te ayude a controlarlas.
Algunos de nuestros consejos para controlar la ansiedad y el estrés son:
- Pon tus preocupaciones en un papel. Tu cerebro está haciendo mucho trabajo para ayudarte a recuperarte, y tener que pensar constantemente en las preocupaciones consume mucha energía. Anotar lo que te molesta o preocupa puede aliviar parte del estrés y ayudarte a ser más productivo durante el día.
- Empieza el día con un pensamiento positivo. ¿Su café sabe muy bien hoy o ha dormido bien por la noche? ¡Eso es bueno! Comenzar el día con una actitud positiva te ayudará a tener una mentalidad positiva para afrontar los desafíos del día.
- Busca el apoyo de tu pueblo. Los amigos, la familia, los vecinos, los compañeros de trabajo e incluso el empleado del supermercado están todos dispuestos a ayudar; solo díganles cómo hacerlo. Ya sea que necesites que alguien recoja algunas cosas en la tienda o que necesites que un vecino te lleve a una cita con el médico, está bien pedir ayuda.
Los cambios en el estado de ánimo o el comportamiento son esperados, manejables y tratables. Sobrevivir a un ataque cerebral no es fácil y el camino hacia la recuperación puede resultar difícil, pero hay personas, recursos y herramientas que te ayudarán a ti y a las personas que te cuidan a tener las mejores probabilidades posibles de recuperación.